El pasado 21 de noviembre, el Congreso de los Diputados aprobó una reforma del IRPF que beneficiará a los trabajadores de la cultura, entre ellos, a determinados escritores, traductores y periodistas.
En concreto, reconoce la intermitencia de sus ingresos y permite una reducción del 30% de los rendimientos del trabajo o de actividades económicas obtenidos por los trabajadores de la cultura, cuando tales rendimientos excedan en un 130% de la media de los rendimientos obtenidos en los tres últimos ejercicios.
De esta forma, se adapta la normativa que regula la determinación del rendimiento neto de una persona que se dedica a la actividad artística o cultural a las características propias de dicha actividad.
Los escritores y traductores suelen trabajar en proyectos que pueden durar años, como los libros, lo que genera periodos de ingresos puntuales y elevados. Con este cambio se aliviará su carga fiscal en el momento en que se generen los ingresos puntuales, brindándoles mayor estabilidad económica y fomentando el desarrollo de proyectos creativos.
Esta reforma da cumplimiento a uno de los acuerdos del informe sobre el Estatuto del Artista, aprobado por unanimidad en el Congreso en 2018, y responde a la necesidad de un sistema fiscal más justo para el sector cultural.