Murió con las botas puestas. Hasta el último momento seguía tecleando en su ordenador empeñado en que su web, motorpoint.com, mostrara las últimas novedades del sector. Era de los que un sábado por la tarde, o un festivo cualquiera, te llamaba por teléfono para que le ayudaras a actualizar una información en el CMS de su página, que mimaba como si fuera otro de sus hijos.
Fue de los primeros que se unió a la AEEPP, esta asociación de nombre un tanto difícil pero que la conoce todo el sector, aunque ninguno acierta a la primera en el significado de sus siglas. Desde el siglo pasado, concretamente desde octubre de 1998, creó su publicación on-line cuando nadie creía que había vida fuera del impreso, y menos en el sector de la automoción
En su día descubrió a Ángel Nieto y le hizo campeón de motociclismo. Cuando el corredor falleció Tomás sufrió su pérdida. Lloró como si hubiera muerto su propio hijo. Ahora ambos nos observarán desde donde se encuentren, esperando que la maldición del coronavirus termine y empiecen a televisarse, de nuevo, las carreras de motos…
