Ante la transposición, a la legislación francesa, de una directiva europea sobre los llamados derechos conexos de los editores, el Sindicato de Información de Prensa Independiente Digital (Spiil) ha reclamado una nueva regulación, más ambiciosa, para el sector editorial y denuncia que los llamados «derechos conexos» son una quimera.
Spiil que es miembro de la Plataforma de Editores Innovadores de Europa (fundada, entre otros, por la AEEPP) vuelve a insistir en que es necesario establecer un marco adecuado, para el nuevo escenario que la revolución digital ha impuesto a la prensa.
Para Spiil, la insistencia en conseguir ingresos para los editores a través de esos supuestos derechos se acaba de demostrar imposible. Tras varios años de presión sobre los legisladores, por parte de algunas grandes asociaciones de editores, consiguieron una directiva europea alineada con sus intereses que en su primera transposición nacional, a Francia en julio pasado, ha demostrado su inoperancia.
Como resultado, Google ha anunciado que a partir del 24 de octubre, solo las cabeceras de la prensa francesa que renuncien a este derecho recibirán una «inclusión previa» de sus artículos, en los resultados del motor de búsqueda. Los demás, deberán contentarse con la simple mención del título del artículo.
Para Spiil, lo que podría haber sido un debate sobre el futuro de la industria de la prensa se redujo a un campo de batalla para resolver los intereses comerciales entre operadores económicos extremadamente poderosos: gigantes tecnológicos de EE. UU y grandes editores de medios. A diferencia de lo que a algunos grandes editores de prensa les gusta reclamar, los editores europeos no forman un frente unido con respecto a la implementación del derecho de los editores en los Estados miembros.