La Comisión Europea acaba de lanzar una consulta pública sobre la creación de un nuevo «derecho afín» (un cuasiderecho de autor especial) a escala de la Unión para los editores de noticias, libros, y revisiones científicas, médicas y técnicas. Se trata de la señal más clara hasta el momento de que la Comisión está estudiando la creación de nuevos «derechos auxiliares». Estos «nuevos derechos» podrían parecerse a la «tasa por fragmento» implantada en España o Alemania. Incluso es posible que en este caso su ámbito de aplicación sea mayor, afectando no solo a los editores de noticias, sino también a los editores de libros y textos científicos, y cubriendo los fragmentos pero también todas las demás actividades en línea y fuera de línea.
Junto con un número cada vez mayor de editores, la AEEPP (Asociación Española de Editoriales de Publicaciones Periódicas) se opone al «canon AEDE» en España y a la creación de un nuevo derecho de ámbito europeo sobre los fragmentos de noticias. Ya trasladamos previamente nuestras preocupaciones a la Comisión Europea, por última vez en diciembre del año pasado.
Junto a otras organizaciones y entidades de editores de Europa hemos impulsado una Plataforma (http://mediapublishers.eu/editores-europeos/) que pretende concienciar sobre los efectos negativos para los editores y es un instrumento para garantizar que se escucha la voz más innovadora de los editores europeos de noticias y publicaciones periódicas.
¿Por qué está pasando esto y ahora?
El comisario alemán Oettinger, responsable de los derechos de autor, ha declarado reiteradamente (véase esto y esto) que estaba abierto a una versión de ámbito europeo de la «tasa Google» en materia de derechos de autor, conocida también como «LSR» en Alemania y «canon AEDE» en España. Asimismo, algunos editores de noticias siguen argumentando que la legislación de la Unión, que permite enlazar y compartir sin la autorización del titular de los derechos de autor, debe «aclararse» para someter estas actividades a su aprobación. El Consejo Europeo de Editores, por ejemplo, esgrime que el uso de contenidos a través de la «indexación», la «puesta a disposición de fragmentos» y la «tecnología de motores de búsqueda» debería estar sujeto a «autorización». Estos editores también han peleado sin descanso para conseguir que se aprobase legislación en España y Alemania.
Sin embargo, la oposición a estos planes es cada vez mayor. Algunos editores y asociaciones empresariales y de la sociedad civil se han opuesto firmemente a esta situación a escala europea. En julio de 2015, el Parlamento Europeo votó en contra de añadir un derecho auxiliar de alcance europeo sobre los fragmentos de noticias. En última instancia, más de 80 diputados al Parlamento Europeo escribieron a la Comisión Europea a finales del año pasado para oponerse a estos planes.
En definitiva, podríamos enfrentarnos a un nuevo conjunto de derechos aplicables a todo lo que se publique en Internet por escrito.
¿Ha aportado este derecho auxiliar sobre los «fragmentos» algún beneficio a los editores de España o Alemania?
No. En Alemania, por ejemplo, ha hecho que algunos editores se embarquen en litigios prolongados contra agregadores de noticias, incluido Google, y otros con resultados negativos. Como ejemplo más reciente, un tribunal de Berlín señaló que en caso de que Google se viese forzado a pagar por los fragmentos, se rompería el equilibrio por el cual todas las partes resultan beneficiadas: usuarios, editores de noticias y Google.
En España, Google News y otros servicios se vieron afectados, lo que derivó en una pérdida de tráfico hacia los editores de noticias en España y, en última instancia, en la pérdida de ingresos, especialmente en el caso de los editores en línea más pequeños.
¿Cómo perjudica la situación a los editores que desean innovar?
El espíritu de la legislación es una vuelta al pasado. Intenta invertir la forma en que Internet y los negocios en línea funcionan, forzando a los editores de noticias y otros contenidos a cobrar por indexar y compartir fragmentos en línea. No han entendido cómo funcionan las cosas. Resulta contraproducente porque pretende imponer un modelo de negocio —vender fragmentos y enlaces— a un negocio que está innovando para hallar nuevas oportunidades y métodos de negocio.
Hasta el momento, el impacto en España y Alemania ha sido negativo: ha traído litigios y que algunos servicios de agregación de noticias cerrasen. Esto supone un tráfico menor hacia los sitios de noticias y, por ende, menos oportunidades para encontrar nuevos lectores y generar más negocio. Los editores en línea son los que más se resienten. En España, se calcula que, en general, los editores de noticias perderán 10 millones de euros por año (véase esto).
Si utilizas Google News, Facebook, Twitter, empresas emergentes e innovación como oportunidades para ti; si quieres valerte de Internet para construir un negocio más fuerte; las cosas se pondrán más difíciles . Este será el caso, por ejemplo, si tu modelo de negocio se vale de Internet o de licencias Creative Commons que sean incompatibles con la legislación que pretenden imponer.
¿Por qué es importante para los editores?
Supuestamente todo lo hacen en nuestro nombre. Por ello, los editores que creen que no es lo correcto se pronuncian en contra y pedimos medidas que realmente puedan apoyar al sector de la edición en Europa, sin pretender mantener modelos obsoletos, ya superados.
Además, estos «nuevos derechos» no solo se enfrentan a los usuarios de Internet y perjudican la economía digital, sino que también perjudican a los editores.
Un nuevo derecho afín para los editores: ¿no me reportaría esto más dinero?
¡No! Resulta tentador pensar que la creación de «nuevos derechos» simplemente te hará la vida más fácil y se traducirá en nuevos flujos de dinero. Pero no es verdad.
Hasta el momento, los intentos en España y Alemania no han conseguido alcanzar nada de eso. En gran medida porque la lógica que subyace a las propuestas es defectuosa, ya que intentan «invertir» la forma en que la información funciona en Internet y volver a los tiempos de los modelos de negocio de la edición impresa. También porque alteran la dinámica competitiva en línea: a corto plazo, reducen el tráfico digital y los ingresos para todos. A un plazo mayor, perjudican a las cabeceras con menos notoriedad y a los innovadores de noticias que se valen de la web para crecer. Asimismo, es probable que perjudiquen la competitividad de los editores europeos en línea, ya que los editores de fuera de la Unión compiten en una Internet global.
De hecho, si se introducen «nuevos derechos» sobre todo lo que se «edita» hoy en día, mayoritariamente en Internet, se creará un laberinto de complejidad que deberán desenredar los abogados, y potencial para que las entidades de gestión de derechos de autor intervengan cada vez más en los flujos de ingresos de los editores, también en línea. Esto implica más intermediarios, mayores costes de transacción y también la necesidad de más asesoramiento cuando los periodistas o los propios editores utilicen contenidos de Internet. Basta con que pienses en el canon español, cuya concepción es bastante deficiente: los editores se ven privados de la capacidad para decidir qué hacer con sus contenidos y se ven forzados a permitir que una entidad de gestión cobre por ello. Les guste o no.
¿Nos daría un nuevo derecho para los editores de noticias y publicaciones periódicas una nueva ventaja competitiva para apoyar nuestro negocio digital?
Claramente no. Tanto en España como en Alemania las leyes no han generado un impacto positivo para los editores de noticias. Han perjudicado a los editores que más precisan de Internet para ser descubiertos, ya que perdieron tráfico en línea.
Es imposible limitar un nuevo derecho a los editores de «prensa» que publican noticias. En su lugar, el nuevo derecho se aplica a los contenidos que se publiquen por escrito («obras literarias»). A día de hoy, la mayor parte de ellos se publican en línea. Por eso, todos los contenidos publicados en línea obtendrían este nuevo derecho, incluidas las noticias o los textos de entretenimiento creados con licencia Creative Commons o escritos por un ente de radiodifusión público.
De esta forma, por ejemplo, los entes de radiodifusión públicos que publiquen artículos de noticias en línea, como por ejemplo la BBC en el Reino Unido o RTVE en España, también recibirían los mismos derechos. La situación sería idéntica para los contenidos publicados en un blog: solo en WordPress se publican 58,6 millones de publicaciones nuevas y 49,9 millones de comentarios nuevos cada mes.
¿Cómo afectará a mi negocio?
Si se aplica un derecho similar al alemán o español tu negocio en línea se resentirá, ya que las referencias en línea y el tráfico disminuirán. En España, un estudio ha calculado que solo los editores de noticias sufrirían unas pérdidas anuales de 10 millones de euros como resultado de la legislación en materia de derechos de autor auxiliares. En su análisis, los editores más pequeños o cuya actividad se limitaba a Internet eran los más perjudicados, ya que dependen en mayor medida de Internet para llegar a nuevas audiencias.
El impacto inmediato de estas leyes es que el tráfico procedente de sitios en línea, que dirige nuevas audiencias a las noticias, disminuye, ya que resulta más complejo agregar y compartir noticias y otros contenidos en línea.
En el caso de los principales editores de noticias en España, Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido, las referencias procedentes de sitios web y servicios de terceros (Google, Facebook, Twitter, correo electrónico, mensajería instantánea, etc.) supuso el 66 % del tráfico en línea en 2014. El 34 % restante accedió a los sitios web de los editores directamente. El valor de este tráfico por referencias asciende a 746 millones de euros, según los cálculos de Deloitte, un valor amenazado por estos «nuevos derechos» que intentan restringir el tráfico en línea o cobrar por él. Esta situación no va a aportar ningún beneficio: las personas no van a empezar a comprar más periódicos impresos porque les resulte más difícil llegar a tus contenidos. Una opción mucho más sencilla para los lectores es leer sencillamente publicaciones en línea de fuera de Europa como alternativa.
También corres el riesgo de perder control o de ver cómo un porcentaje mayor de tus ingresos es administrado por las entidades de gestión de derechos de autor: tanto el modelo español como el alemán fracasaron, pero se valen de entidades de gestión para administrar los ingresos, ya sea por ley o en la práctica.
“La AEEPP está formada por 120 Grupos y Empresas Editoriales, cuyas Publicaciones editadas suman más de un millar de Cabeceras de Revistas, Digitales y Periódicos, de diversas periodicidades, con más de 500 Millones de Ejemplares/Año(40 Millones Mensuales), una Audiencia estimada de 125 Millones del Lectores/Mes (en sus Periódicos y Revistas), y de 3 Millones de Visitantes Únicos diarios (en sus Publicaciones Di Digitales), que dan empleo a más de 2.400 profesionales , la mayoría periodistas.”
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