Los medios de comunicación impresos viven un momento crítico en Alemania. Cierres, cambios de titularidad, despidos y huida de los anunciantes son algunos de sus principales problemas.
Si el modelo económico que se imponía hasta ahora no funciona, se hace necesario buscar fuentes de financiación más seguras y que permitan una estabilidad a largo plazo: los lectores.
La publicidad impresa en los medios alemanes ha registrado pérdidas de más de dos dígitos, informa “Nieman Journalism Lab”. Ante este panorama, las empresas están empezando a dar el salto definitivo a plataformas digitales de pago y a reducir la dependencia de la impresión.
En Alemania, la publicidad ya sólo supone poco más de un tercio de los ingresos de los periódicos. Por este motivo, los medios deben buscar otras fuentes de financiación y ya han puesto su punto de mira en los lectores.
Adaptarse a los nuevos tiempos supone el cierre o la venta de varias cabeceras. Es el caso de Axel Springer. El grupo se deshizo de cinco revistas y de dos de los diarios más importantes de Alemania, “Berliner Morgenpost” y Hamburger Abendblatt”, para poder hacer frente a la era digital. Esta venta a Funke Mediengruppe fue comparada con la del “Washington Post” de la familia Graham a Jeff Bezos.
Esta operación ha sido un punto de inflexión para el sector de la prensa alemana. Muchas empresas sienten que este año se ha firmado la sentencia de muerte de la impresión, que comenzó con la desaparición de “Financial Times Deutschland” y siguió con la quiebra del “Frankfurter Rundschau” o la política de austeridad de “Der Spiegel”.
A los supervivientes, ¿qué futuro económico les espera? “Estamos empezando a plantearnos un papel sin anuncios”, dice Thomas Schultz-Homberg, jefe de negocios online de “Frankfurter Allgemeine Zeitung”. Sin apoyo de las marcas, ¿cuánto tendrían que pagar los lectores alemanes para mantener un diario? Una suscripción mixta, a las versiones en papel y digital, debería rondar, para ser rentable, los 79-85 euros al mes.
El problema de los medios alemanes es que su expansión digital a nivel mundial está más limitada a causa del idioma. Por lo tanto, la estrategia de futuro que debe imponerse se asemejará a la surgida tras el acuerdo Springer-Funke, basada en la tecnología y una plataforma de publicidad de próxima generación dedicada al aprovechamiento de datos.
Ahora sólo queda atraer la atención del lector. En el terreno de la impresión, los alemanes están pagando más por las suscripciones, pero hay menos cada año. En Internet, según publicaba “Der Spiegel”, los usuarios “son exigentes, cambiantes y volátiles”, ya que con tan sólo un clic, pueden migrar a otra página web. “El internauta quiere un producto personalizado”, además de que sea barato o directamente de acceso libre.
Los medios alemanes se han centrado demasiado en que se aprobara la nueva ley anti-Google, que pretende reducir su monopolio en Alemania, en lugar de intentar sumar nuevos mercados y lectores. Si estas empresas quieren sustentarse en exclusiva gracias a su audiencia, deberán de dirigir sus esfuerzos a ofrecer productos de calidad por los que los usuarios estén dispuestos a pagar, ya sea mediante suscripciones o para acceder a los contenidos tras muros de pago, a los que ya se ha sumado el 10% de la prensa alemana.
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