Discurso inaugural del presidente D. Arsenio Escolar en la apertura del III Congreso de Editores de Publicaciones Periódicas.
Zaragoza, 10/05/10.
Alcalde de Zaragoza, autoridades, colegas y amigos. En mi propio nombre y en el de la Junta Directiva de la Asociación Española de Editoriales de Publicaciones Periódicas, os doy la bienvenida al III congreso anual que nuestra asociación celebra dedicado a la prensa en general, y al sexto si sumamos los especializados en prensa gratuita. Los anteriores fueron en Valencia, Salamanca, Benidorm, Marbella y Madrid, y salieron francamente bien, fueron muy provechosos. Estoy seguro, alcalde, de que también éste será un éxito, y quiero agradecerte tu presencia aquí con nosotros y la ayuda que el Ayuntamiento de Zaragoza nos ha prestado para organizarlo.
Quiero también dar especialmente las gracias por la asistencia a muchas organizaciones e instituciones muy representativas del sector que hoy nos acompañan (entre ellas Introl/OJD, Aspapel, Dircom, Infoadex, la Asociación Catalana de Prensa Gratuita, la Asociación de la Prensa de Aragón, la Federación de Asociaciones de la Prensa de España, la Fundación Once, Cermi, las asociaciones de editores de Portugal y México, las federaciones europeas FIPP y Faep…) y, por supuesto, a los ponentes y a los propios congresistas, la mayoría de ellos editores de publicaciones, impulsores de medios de comunicación que han decidido participar en el congreso, venir aquí a buscar juntos el futuro, pese a la que está cayendo, pese a la crisis.
La palabra crisis debe de ser la que más veces aparece, desde hace dos años, en los medios de comunicación, los nuestros y los de todo el mundo. La crisis económica y financiera que se desató en el mundo globalizado hace ya casi tres años y que aún no hemos superado es una de las noticias más importante en lo que va de siglo XXI. La crisis nos golpea a todos: a las personas, a las familias, a las empresas, a las instituciones públicas…
Al sector de la prensa nos está golpeando de modo especialmente doloroso porque esta crisis coyuntural, que para nosotros supone una caída muy fuerte en los ingresos por publicidad, nos coincide con otra crisis mucho más profunda, una crisis estructural que afrontamos desde hace bastantes más años y que afecta a muchas otras cosas.
Nuestro modelo está cambiando, está casi saltando por los aires. La revolución tecnológica y la irrupción de Internet están alumbrando un mundo nuevo, en la economía, en la política y en la sociedad, que está cambiando de modo radical nuestras vidas. Cambia nuestro trabajo y nuestro ocio, nuestras casas y nuestras ciudades, el uso de nuestro tiempo, nuestra vida cotidiana, nuestras relaciones personales… Y también, por supuesto, cambia el comportamiento y los hábitos de nuestro público, de nuestros lectores. Tienen tanta oferta exterior, hay tantos estímulos alrededor de ellos, sobre todo gracias a Internet, que todos hemos comenzado a competir en un mercado nuevo: el de la economía de la atención. Ya no nos estamos disputando unos euros de su bolsillo para que compren nuestra publicación, no. Estamos disputándonos su tiempo, su valioso tiempo.
La prensa, las publicaciones periódicas, no somos un simple sector económico. Somos más cosas. Somos también un pilar fundamental en nuestro sistema de libertades. Somos imprescindibles para que funcione la sociedad democrática. Somos un bien público. Si tenemos un problema, un grave problema, ¡y lo tenemos!, se convierte también en un problema del conjunto de la sociedad. Hemos de combatirlo y solucionarlo todos juntos: los editores, el sector, y también la sociedad y sus representantes. Las instituciones públicas han de ayudar a la prensa a ganarse su futuro. No queremos limosnas, no pedimos sopitas. Pedimos comprensión, apoyo, colaboración; reformas normativas, ayudas a la reconversión tecnológica, un uso más racional de la publicidad institucional…
A reflexionar sobre todo esto vamos a dedicar estas dos jornadas de trabajo en Zaragoza. Nuestro congreso lleva este año un lema muy sugerente y revelador: “Oportunidades en tiempos difíciles”. Porque lo tenemos claro, muy claro: en esas dos crisis de las que yo hablaba antes, la coyuntural y la estructural, los editores vemos una amenaza para nuestro sector, pero vemos también, y sobre todo, una oportunidad, todo un nuevo mundo de oportunidades para adaptarnos, evolucionar, innovar y ganarnos el futuro.
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